El impuesto de sociedades es un impuesto, que grava los beneficios de las empresas, es clave para cumplir con Hacienda y evitar sorpresas desagradables. En este artículo del blog de Asesora10, te explicamos de forma clara y sencilla qué es el Impuesto de Sociedades, quién debe pagarlo, cómo se calcula y qué plazos para hacer tu declaración de tu año fiscal.
Al final, tendrás una idea precisa de cómo afecta a tu negocio y qué pasos seguir para cumplir con la ley sin complicaciones. ¡Vamos allá!
¿Qué es el Impuesto de Sociedades en España?
Ahora bien, el impuesto de sociedades, por sus siglas IS, se trata de un tributo que grava los beneficios obtenidos por empresas y otras entidades jurídicas en España. A diferencia del IRPF (que afecta a personas físicas), este impuesto se aplica a sociedades mercantiles, asociaciones y fundaciones con actividad económica.
Características principales:
- Directo: Se aplica directamente sobre los ingresos de la empresa.
- Anual: Se liquida una vez al año, en función del cierre fiscal de cada compañía.
- Progresivo en algunos casos: Aunque el tipo general es del 25%, existen tipos reducidos para PYMES, startups y sectores con incentivos.
Si te preguntas ¿Por qué existe? Se debe a que el Estado recauda este impuesto para financiar servicios públicos (como infraestructuras, educación o sanidad) y mantener el equilibrio económico.
Impuesto de Sociedades: ¿Quién está obligado a pagar y quién no?
No todas las empresas tributan igual, y algunas incluso pueden estar exentas. Aquí te dejamos un resumen claro de quién debe declarar y pagar el IS:
Entidades obligadas (principales):
- Sociedades de capital: como las SL (Sociedades Limitadas) y las SA (Sociedades Anónimas).
- Cooperativas y sociedades laborales.
- Asociaciones y fundaciones con actividad económica (aunque algunas tengan bonificaciones).
- Empresas extranjeras con sede permanente en España.
Sin embargo, existen casos especiales, tales como los autónomos con sociedades, en el caso de ser autónomo, pero has creado una SL, tributarás por IS, no por IRPF. Por su parte, las Startups y PYMES, pueden acceder a tipos bajo ciertas condiciones a deducciones los dos primeros años.
También están las entidades sin ánimo de lucro, algunas de las mismas pagan solo por actividades económicas, no por donaciones o subvenciones. Ahora bien, te preguntarás ¿Quién NO está obligado? En caso encuentras a los autónomos en régimen de IRPF (personas físicas sin estructura societaria).
También, a las empresas extranjeras sin establecimiento permanente en España. Es importante recordar, si tu empresa está dada de alta en el Registro Mercantil, lo más probable es que debas presentar este impuesto.
Diferencias entre el Impuesto de Sociedades y el IRPF
¿Te has preguntado alguna vez por qué algunas empresas pagan un impuesto y otras empresas otros? La clave está en entender las diferencias entre el Impuesto de Sociedades (IS) y el IRPF, dos tributos que afectan a negocios y profesionales de forma muy distinta. Vamos a explicártelo de manera sencilla para que sepas exactamente cómo te afectan.
¿Quién paga cada impuesto?
- Impuesto de Sociedades (IS): Lo pagan empresas y entidades jurídicas y no aplica a autónomos que trabajan como personas físicas (sin SL o SA).
- IRPF: aplica para personas individuales y dueños de empresas cuando retiran dinero de su negocio (sueldos o dividendos). Un ejemplo práctico es si eres fontanero autónomo (sin SL), pagas IRPF. Además, si has creado una SL para tu negocio de fontanería, la empresa paga IS, y tú (como socio) pagas IRPF por tu sueldo o dividendos.
¿Cómo se calculan?
- Impuesto de Sociedades: Se aplica sobre los beneficios de la empresa (ingresos, menos gastos deducibles). De tipo general es de 25%, aunque hay reducciones para PYMES (15% los primeros años) y ciertos sectores.
- IRPF: Se aplica sobre tus ingresos personales (sueldo, beneficios como autónomo, alquileres, etc.). Son de tipo progresivo desde el 19% hasta el 47%, según lo que ganes. Y tiene reducciones personales (por hijos, vivienda, discapacidad), pero menos ventajas para inversiones empresariales.
¿Cuándo y cómo se pagan?
- Impuesto de Sociedades: Se declara una vez al año. Además, lo presenta la empresa, no el dueño personalmente. Y requiere llevar contabilidad formal.
- IRPF: Los autónomos hacen pagos trimestrales (modelo 130 o 131) + declaración anual (Modelo 100). Asimismo, es más sencillo para negocios pequeños, pero con tipos más altos si ganas mucho.
Ventajas y desventajas de cada uno
Impuesto de Sociedades (IS) – Ventajas
- Tipo fijo del 25% (mejor si tienes beneficios altos).
- Más deducciones para invertir en el negocio.
- Responsabilidad limitada de las deudas son de la empresa, no afecta tu capital personal.
Impuesto de Sociedades (IS) – Desventajas
- Doble imposición: la empresa paga IS, y luego tú pagas IRPF por dividendos.
- Más papeleo y costes de gestoría.
IRPF – Ventajas
- Más simple (solo una declaración anual).
- Sin doble imposición (todo va a tu renta personal).
- Ideal para ingresos bajos/medios.
IRPF – Desventajas
- Tipos altos si ganas mucho (hasta 47%).
- Menos ayudas para reinvertir en el negocio.
¿Qué me conviene más?
- ¿Eres autónomo con ingresos bajos o medios? El IRPF puede ser suficiente.
- ¿Facturas más de 100.000 € al año o quieres crecer? Una SL con IS suele ser mejor, aunque pagarás dos impuestos.
- ¿Necesitas proteger tu patrimonio? La SL limita tu responsabilidad ante deudas.
Y recuerda si tienes dudas, consulta con un asesor. Además, elegir mal puede suponer pagar miles de euros de más.
Asesora10: Elegir entre Sociedades e IRPF, ¿qué es mejor para ti?
Al final, la gran pregunta es: ¿Impuesto de Sociedades o IRPF? La respuesta depende de tu situación, tus planes de crecimiento y cómo quieres proteger tu patrimonio.
Si eres un autónomo con ingresos estables y no demasiado altos, el IRPF puede ser la opción más sencilla y económica. Pero si tu negocio está creciendo, facturas más de 100.000€ al año o quieres proteger tus ahorros personales, crear una sociedad (SL o SA) y tributar por el Impuesto de Sociedades suele compensar, aunque asumas más gestión. Aquí te dejamos tres claves para decidir:
- ¿Cuánto facturas? → Si superas los 80.000-100.000€, una SL puede ahorrarte impuestos.
- ¿Quieres invertir en el negocio? → El IS permite más deducciones (I+D, formación, equipos).
- ¿Te preocupa la responsabilidad? → Con una SL, tus bienes personales están más protegidos.
Tu próximo paso, si todavía tienes dudas, lo mejor es hablar con un gestor fiscal, que analice tu caso concreto. Un buen asesoramiento puede ahorrarte miles de euros al año y evitar sorpresas con Hacienda. Y si decides dar el paso y crear una sociedad, en nuestro próximo artículo del equipo de Asesora10 te explicaremos cómo pasar de autónomo a SL sin pagar de más. ¡Suscríbete para no perdértelo!
